martes, 2 de marzo de 2010

tiempo es solo una palabra

I
habla la abuela a su nieta:

-sabés, a veces, simplemente, me siento a beber

para perder la lucidez. no es un capricho
ni una costumbre.
ni ganas de joder.
ni un problema.

II
¿sabés? sólo bebo y pierdo la lucidez.
como si renegara
¿entendés? de lo que nos hace
intrínsecamente humanos.
como si durante unas horas
me atara los pulgares al resto de los dedos,
inmovilizándolos, para ver qué se siente.
lo mismo con esa estúpida lucidez,
tan insistente, recordándolo todo, todo el tiempo.

III
-¿abuela?

IV
-qué.

V
-yo también.